Héroes de película.


Muchas veces oímos que la realidad supera a la ficción. Oímos y leemos a diario historias inverosímiles a las que, por el simple hecho de venir de un medio más o menos reconocido, ya les damos cierta credibilidad por difícil que nos pueda parecer (cuando es el hombre el que muerde al perro y demás carne de página de sucesos o de informativo de A3).

Pero no es a esto a lo que iba, sino a un caso particular que más o menos viene a cuento de lo de las historias increíbles que resultan ser ciertas.

Pongamos que ahora empiezo a contar la historia de un soldado que vivió a caballo entre los siglos XV y XVI, que por haber recibido un reproche de un superior y sentirse herido en el orgullo, plantó cara él sólo a todo un regimiento (algunas fuentes hablan de 2.000 hombres) sobre un estrecho puente, con un mandoble como única arma, causando cerca de 500 bajas hasta que se vio obligado a retirarse por la aplastante superioridad numérica del enemigo; o que ese mismo hombre, tres años antes, se había visto atrapado en medio de una batalla dentro de la fortaleza enemiga que estaba atacando, y aguantó durante tres días dentro de dicha fortaleza contra el destacamento que la ocupaba hasta que cayó por agotamiento, y así y todo, aún tuvo el coraje de escaparse de la celda donde lo metieron cuando vió que su ejército lanzó un último asalto contra las murallas, para ayudar a sus compañeros desde dentro. Evidentemente, esta historia tiene toda la pinta de un guión de Hollywood… sólo que no.

Este soldado existió. Y era español. Se llamaba Diego García de Paredes, aunque fue conocido como El Sansón de Extremadura entre la soldadesca española, y como el Sansón o el Hércules español entre aliados y enemigos extranjeros. Casi se podría decir que nació para ser soldado, pues se dice que fue un hombre grande para los estándares de la época, con una fuerza descomunal, y de complexión atlética, alejada del gigante forzudo y lento. Ya desde niño demostró interés en las actividades físicas (juegos de lucha, carreras…), y con quince años se va a la guerra con los ejércitos de Isabel la Católica, para participar en el asedio de Granada.

García de Paredes, todo un personaje.
García de Paredes, todo un personaje.

Su vida es un continuo recuento de batallas, duelos y pendencias. Estuvo en numerosos asedios, en batallas campales, peleas de taberna, duelos formales, practicó la piratería en el Mediterráneo haciendo presa en franceses y moros, fue guardaespaldas del Papa Alejandro VI quien lo reclutó tras ver cómo mataba a cinco hombres y hería a otros diez armado sólo con una barra de hierro, cuando éstos portaban espadas… Y, por lo que se dice, jamás perdió un duelo, saliendo siempre invicto de todos los lances en los que se vio involucrado.

Si un guionista hollywoodiense hoy en día se tropezase por casualidad con su biografía en la wikipedia, y se hiciera una película, pongo la mano en el fuego porque el 99% de los españolitos de a pie saldrían del cine riéndose de las «fantasmadas» que habrían acabado de ver, ignorantes de que este hombre existió de verdad, y que lo que se cuenta de él es muy probablemente cierto, ya que sus hazañas se relatan en diversas fuentes que han sobrevivido hasta nuestros días. Aún así, ojalá se hiciera esa película porque, por mala que fuera, un personaje de la envergadura (en todos los sentidos) de Diego García de Paredes se merece que lo recuerden.

A los que queráis saber más, la wikipedia en español tiene más información.


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