Strange Chameleon


Venía en el coche escuchando a The Pillows. Un grupo que jamás habría descubierto si no hubiera visto FLCL. A su vez, jamás habría visto FLCL de no ser por las redes de intercambio de archivos, mal llamadas de piratería (eMule, Bittorrent, etc.).

Porque seamos realistas. En la puta vida iba a llegar la música de un grupo como The Pillows a España. Entre la galopante homogeneidad del mainstream de las radiofórmulas, la falta de curiosidad del españolito medio, y que los que tienen la pasta van a lo seguro y jamás iban a arriesgarse a publicar por aquí lo que encima podía parecer una especie de «Oasis pero en chino» (con ese añadido racista que tanto caracteriza al Manolón o la María medios), el único vehículo por el que estos japoneses (o ya puestos cualquier cosa que se saliera del electro-latino o el puto reguetón de los cojones en aquellos principios de los dosmiles) podían llegar hasta la otra punta de Eurasia era mediante descargas «ilegales».

Lo jodido es que por culpa de la truñificación1 de absolutamente todas las plataformas online que parecía que iban a resolver el «problema» de la piratería proporcionando a los consumidores grandes catálogos de música, series y películas a precios razonables, y que los formatos físicos están poco a poco desapareciendo, nos vemos abocados 20 años después a buscarnos nuevamente la vida fuera de aguas territoriales, con un parche en el ojo y un loro en el hombro.

No hemos aprendido nada de One Piece.

  1. Sí, prefiero el ajariano «truñificación» antes que el «enshitification» de Cory Doctorow. Los Ajares lo dijeron antes. ↩︎

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